domingo, 23 de febrero de 2014

Soledad.

Bajé la cabeza para que no viera mis lágrimas, cubrí mis muñecas con las mangas del jersey desgastado.
No podía mirarlo a la cara, seguro que estaba decepcionado, triste, preocupado e incluso enfadado.

Con un suave movimiento me levantó un poco la cara hasta que mis ojos se encontraron con los suyos. 
"Lo superaremos juntos" me susurró y solo después de eso me abrazó.