martes, 14 de febrero de 2017

Simple

Cuando estamos en la más absoluta oscuridad llega un momento en el que no diferencias si tienes los ojos cerrados o abiertos, no se distingue nada más allá, dudas de tu propia existencia.
Puedes ir hacia delante o esperar a que algo pase, puedes mantener los ojos cerrados para enfrentarte a esa oscuridad o puedes abrirlos y buscar una luz, de hecho debes abrir los ojos y encontrar esa luz. Encontrar una solución, un porqué de esa oscuridad, quizá no exista un porqué, pero debes salir de ella, sin miedo, afrontando los errores, aunque cueste, haciendo tu propio camino hasta encontrar la luz.

Después de veinte años estoy abriendo los ojos, entendiendo mi silencio.